Freír una morcilla de cebolla no es tan fácil como parece. Puede ser un desafío mantenerla entera si no sabés cómo prepararla. Por suerte, te vamos a dar algunos consejos para que puedas lograr el desafío y disfrutar de tus ricas morcillas fritas. ¡Seguí leyendo para enterarte!
Primero, asegurate de que la morcilla esté bien fría. Esto es importante para que se mantenga firme, sin romperse. Puedes congelarla unos minutos antes de freírla para asegurarte.
Después, prepará una sartén con aceite bien caliente. ¡No te olvides de poner suficiente! Esto hará que la morcilla se cocine bien por dentro y por fuera sin desmoronarse.
Luego, colocá la morcilla en la sartén. Asegurate de que quede bien cubierta con el aceite caliente. Esperá unos minutos y luego dala vuelta para que se cocine por los dos lados.
Para terminar de cocinarla, agregá una cucharada de agua a la sartén. Esto ayudará a que la morcilla se cocine por dentro sin que se queme por fuera.
Una vez que la morcilla esté lista, sacala de la sartén. Para servirla, podes acompañarla con ensalada, patatas fritas o cualquier otro acompañamiento que te guste.
¡Y listo! Ahora ya sabés cómo freír morcilla de cebolla sin romperse. Te vamos a dejar algunos consejos para que logres el mejor resultado:
- Asegurate de que la morcilla esté bien fría antes de freírla.
- Usá suficiente aceite para que se cocine sin desmoronarse.
- Agregá una cucharada de agua para que se cocine por dentro.
- Sacala de la sartén cuando esté lista.
¡Esperamos que este artículo te haya ayudado a preparar unas ricas morcillas de cebolla fritas! ¡Buen provecho!
Preparación de la morcilla de cebolla
Antes de freír la morcilla de cebolla, hay algunas cosas que tienes que hacer para prepararla. Primero, elige una morcilla de buena calidad, preferiblemente artesanal, que esté hecha con buenos ingredientes. Asegúrate de que el embalaje esté intacto y sin signos de daño. Une vez que hayas elegido la morcilla de cebolla, abre el envase y colócala en un bol. Después, cubre la morcilla con agua fría y deja reposar unos minutos.
Una vez que la morcilla haya estado en remojo durante unos minutos, retírala del agua y escúrrela. Después, usa un cuchillo para cortarla en trozos pequeños. Esto hará que sea más fácil de freír. Asegúrate también de que los trozos sean lo suficientemente pequeños para que se cocinen a la vez.
Fritura de la morcilla de cebolla
Una vez que hayas preparado la morcilla de cebolla, es hora de freírla. Para esto, necesitarás una sartén profunda con aceite de oliva suficiente para cubrir la morcilla. Calienta el aceite a fuego medio y cuando esté caliente, añade la morcilla.
Mientras la morcilla se fríe, es importante que la revuelvas con una espátula. Esto ayudará a que se cocine de forma uniforme. Además, mientras la revuelves, trata de no presionar demasiado las piezas para evitar que se rompan.
Deja que la morcilla se fría durante unos minutos. Después, revisa si está bien dorada. Cuando esté lista, retírala de la sartén y colócala en un plato forrado con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Si quieres, puedes añadir algunas especias para darle más sabor. ¡Y listo! Ya tienes tu morcilla de cebolla lista para servir.
Esperamos que estos consejos hayan sido útiles y, si bien hay algunos trucos para freír la morcilla de cebolla sin romperse, siempre hay aspectos esenciales a tener en cuenta como prestar atención al calor de la sartén. ¡Ahora es tu turno para probar estas recomendaciones y preparar un plato delicioso para todos!