A la hora de cocinar un solomillo de ternera, lo primero que debes tener en cuenta es que se trata de un corte muy magro, por lo que es importante asegurarse de que salga bien jugoso. ¿Cómo lograrlo? Cocinando el solomillo al horno y usando una técnica muy sencilla. ¡Aquí te contamos cómo!
Ingredientes
- 1 solomillo de ternera
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de pimienta negra molida
- 1 cucharadita de tomillo seco
- 2 dientes de ajo
- 1 cebolla
- 1 zanahoria
- 50 gramos de mantequilla
Preparación
1. Precalienta el horno a 200°C. Mientras se calienta, coloca el solomillo sobre una tabla de cocina y salpimienta por ambos lados. Luego, baña con aceite de oliva y esparce el tomillo seco. Para aromatizar, añade los dientes de ajo y frótalos suavemente con las yemas de los dedos.
2. A continuación, en una sartén con un poco de aceite de oliva, coloca la cebolla y la zanahoria cortadas en dados. Cuando hayan quedado transparentes, añade la mantequilla y deja que se derrita. Toma el solomillo con la ayuda de unas pinzas y colócalo en la sartén junto con las verduras. Déjalo cocinar a fuego lento durante 8-10 minutos por cada lado, hasta que tome un color dorado.
3. Trasladar el solomillo a una fuente de horno forrada con papel de aluminio. Añade las verduras y cubre con el papel de aluminio. Hornea durante 15-20 minutos, hasta que la carne esté tierna y el jugo salga transparente. Retira del horno y deja reposar durante 5-10 minutos.
¡Ya está listo para servir tu solomillo de ternera jugoso al horno! Puedes acompañarlo con una salsa al gusto y una buena guarnición. ¡Disfruta de una sabrosa y saludable comida!
1. Preparando el Solomillo de Ternera
¡Ahí vamos! Para cocinar el solomillo de ternera jugoso al horno, lo primero que hay que hacer es preparar la carne. Lo primero es conseguir un buen solomillo de ternera. Esto es importante porque la calidad de la carne determinará el resultado final de la receta. Escoge un solomillo de ternera de buena calidad, con buen color, sin exceso de grasa, y sin ser demasiado grande.
Una vez hayas elegido la carne, la siguiente etapa es la de prepararla para cocinar. Para esto, lo primero que hay que hacer es sazonarla. Para ello, usa una mezcla de sal, pimienta, romero y un poco de aceite de oliva. Este paso es importante para que la carne sepa bien y absorba el sabor. También puedes agregar un poco de vino blanco a la mezcla, pero esto es opcional.
Una vez sazonada la carne, es hora de hornearla. Lo primero que hay que hacer es pre-calentar el horno a una temperatura media (200°C). Luego, coloca la carne en una bandeja para hornear y agrega un poco de agua. Esto ayudará a que la carne se mantenga jugosa mientras se hornea. Finalmente, hornea la carne durante aproximadamente 20-25 minutos, o hasta que alcance una temperatura interna de 65°C.
2. Agregando los Acompañamientos
Una vez que la carne esté lista, es hora de preparar los acompañamientos para acompañar el solomillo de ternera. Esto es lo que le dará al plato el toque final. Lo primero que hay que hacer es elegir un buen vino para acompañar la carne. El vino debe ser un tinto suave, como un Cabernet Sauvignon, un Merlot, o un Shiraz.
Una vez elegido el vino, es hora de preparar los acompañamientos. Hay muchas opciones, como patatas al horno, verduras al vapor, ensalada, o incluso puré de patatas. Para acompañar el solomillo de ternera, recomendamos una guarnición de patatas al horno, ya que es fácil de preparar y le da al plato un toque crujiente.
Finalmente, llega el momento de servir el plato. Coloca el solomillo de ternera en el centro del plato, rodeado de los acompañamientos. Agrega un poco de vino al plato, y luego sirvelo. ¡Y listo! ¡Tu solomillo de ternera jugoso al horno está listo para servir!
Y recuerda, para asegurarte de que tu solomillo de ternera queda jugoso, siempre hay que usar una buena carne de calidad, además de añadir al horno algunos líquidos como vino blanco, cerveza o caldo para que no se seque. Y, por último, deja que la carne se cocine a temperatura media-baja durante un buen rato para que consiga el punto de cocción deseado. ¡Buen provecho!
